23F:EL DÍA DEL JUANCARLISMO
Han transcurrido treinta y seis años desde que se instauró en
España la democracia con una monarquía constitucional como forma de Estado, con
un Rey impuesto por el dictador y nunca sujeto a un referéndum de la
ciudadanía. Éste se supone que es el precio que se pagó en el proceso de la
supuesta “Transición” de la dictadura a la democracia, al no tener lugar la
ruptura democrática y articularse una reforma pactada, debido a la presión
ejercida por el Ejército surgido del golpe de Estado de 1936 contra la II República , y los
poderes económicos y políticos que veían peligrar sus beneficios y sus
poltronas ante una posible regeneración democrática real que devolvería a
España a un régimen más igualitario o ,incluso, a un hipotético Estado
Comunista, posibilidad que aterraba a los mismísimos Estados Unidos, que
necesitaba-y necesita-tener sus bases militares del terror en un enclave tan
estratégico como la Península Ibérica ,
situada entre Europa, África y Asia.
En un contexto pues de inestabilidad
política, inseguridad jurídica y una población aterrorizada y sumisa tras
cuarenta años de feroz dictadura, habría que hacer algo que asentara en el
Poder al entonces recién designado Rey, un timorato y mediocre Juan Carlos,
casado con una princesita griega, Sofía, descendiente de la Fascista Monarquía
griega, simpatizante del mismísimo Hitler y tan bien vista por su tutor, el
dictador Franco.(No es difícil entender así por qué el anciano caudillo prefería
a Juan Carlitos que a su padre, un pelín más rebelde que su primogénito)
¿Pero cómo convertir a este pijo, hijo
de Mami, juerguista, nacido y criado en un lujoso y crápula exilio, en un
Libertador de la Patria ?
Había que recurrir al viejo truco del
abusón comprado, fabricar un Golpe de Estado Falso donde Juan Carlitos llegara
con su Caballo Blanco y la Bandera
Rojigualda a salvar al asustado e indefenso Pueblo Español, que
caería rendido a sus pies cual damisela en peligro, acuñando la ya famosa
frase:”YO NO SOY MONÁRQUICO, SINO JUANCARLISTA”
Tenemos el héroe, tenemos la víctima, ahora
sólo faltan los cómplices y los títeres
para realizar esta fabulosa farsa a escala nacional, y ahí es dónde se riza el
rizo: Engañar a los golpistas para que crean que va a hacerse un Gobierno de concentración
nacional, cuando en realidad se les va a dejar con el culo al aire en cuanto la
televisión empiece a emitir.
En este punto, aparece la figura del
señor “me meto en todo y nada me salpica”,el Esperanza Aguirre de la Transición , el
Señor…..¡Felipe Gónzalez!
En mayo de 1980, Felipe
González y el PSOE presentan una moción de censura al debilitado Gobierno de
Adolfo Suárez(UCD) que no logra su objetivo, pero supone un empujón de
popularidad para Felipe, que lo consolida como líder del partido, y así seguirá
por decenas, siendo el Presidente que ha durado más como tal en la historia de
España, a excepción de cierto tirano bajito...
A pesar del importante
impulso propagandístico que supuso la moción de censura para la imagen de
Felipe González, el fracaso del intento de conseguir el poder por las vías
constitucionales acaba frustrando al líder del PSOE, por lo que decide recurrir
a otras alternativas, traspasando la linde legal…. Esta situación le lleva a realizar
una serie de reuniones con personajes como Sabino Fernández Campos, secretario
del rey, o Alfonso Armada, en aquella época gobernador militar de Lleida que
acabaría siendo golpista candidato a Caudillo, y finalmente servir a los
intereses de los golpistas( y al suyo propio, claro)
Quizás las verdades de
aquella noche nunca las sepamos, quizás Telecinco o Antena3 seguirán haciendo
tvmovies vendiéndonos una versión dulcificada paralela, pero la realidad es que
el pueblo español ya no es un bebé asustado, ni una beata con remordimientos de
culpa, las generaciones van pasando y, al igual que el “Santiago y cierra
España” o “Una, Grande y Libre”,llegará el día que el “¡Se sienten, coño!” tan
sólo nos provoque risa.
Hasta entonces, como diría
el Gran Freddy,”Show must go on” …
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