Inessa Armand, por desgracia, ha pasado a la historia como la
amante de Lenin, y así la recuerdan por desgracia muchxs de lxs que se
autoproclaman "feministas", pero Inessa fue mucho más, la debemos
recordar como feminista, pero sobre todo como revolucionaria.
Fue una mujer excepcional, con una asombrosa capacidad de
organización y un inquebrantable compromiso con la revolución.
Como revolucionaria distribuyó propaganda ilegal del Partido
Social Demócrata en Moscú desde 1904 hasta 1907, después actuó como organizadora
bolchevique y portavoz de Lenin durante el exilio desde 1910 hasta 1917
(ayudando a construir el Partido de Nuevo Tipo, Organizando la Conferencia Internacional
de Mujeres Socialistas o participando en la conferencia Internacional de la Juventud Socialista ),
y finalmente fue miembro del Comité Ejecutivo del Soviet de Moscú desde 1918
hasta 1920.
Como feminista, trabajó para rehabilitar prostitutas antes de 1905
(siendo precisamente las trabas burocráticas del gobierno zarista las que la
acercaran a las posiciones marxistas), intentó organizar a las mujeres antes de
la primera Guerra Mundial Imperialista y luchó por la igualdad femenina en el
nuevo Estado Soviético (preparando la I Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas
o defendiendo la participación femenina en el Partido y los soviets mediante la
creación de guarderías, lavanderías y cocinas colectivas financiadas por el
Estado).
Su iniciativa hizo posible la edición del primer periódico
bolchevique dirigido a las mujeres trabajadoras, Rabotnitsa, para luchar contra
la opresión del sistema capitalista y la explotación patriarcal. Dedicando, sus
últimos años de vida, a dirigir la Sección Femenina del Comité Central (Zhenotdel),
[considerado uno de los más ambiciosos intentos, llevado a cabo por un
gobierno, para la emancipación femenina], también, encaminó todos sus
esfuerzos a implicar a las mujeres en los conflictos bélicos que consumían al
nuevo Estado Soviético, promover la reconstrucción económica y proveerlas de
educación política, económica y social.
Luchó por convencer a los líderes del Partido Bolchevique de que
las mujeres constituían una parte esencial de la fuerza de trabajo
urbano, y que debían mostrar más interés respecto a los problemas específicos
de este colectivo y dotarlas de capacidad organizativa; y trabajó
incansablemente para aumentar la conciencia política de las mujeres, atraerlas
hacia el Partido e involucrarlas en la construcción de una nueva sociedad
mediante los soviets locales, los comités de empresa y los sindicatos.
Y aún así, con todo ello, se la sigue recordando injustamente como
la amante de Lenin.
No hay comentarios :
Publicar un comentario